NEUROCIENCIAS: Matthieu
Ricard, el monje budista francés y nepalés, que cambió la ciencia por la
espiritualidad, habló sobre el entrenamiento mental que se necesita para ser
feliz.
Científicos
detectaron una gran actividad asociada al bienestar en su cerebro. (Universidad
de Winsonsin)
El biólogo,
investigador en genética, fotógrafo y monje budista Matthieu Ricard habla desde
la sencillez, calma y alegría de quien es feliz en todos los aspectos de su
vida, debido a que ha logrado traspasar las carencias, sufrimiento y
negatividades que llevan a la mayoría de las personas a ser infelices.
Sin bienes materiales, amor de
pareja ni actividad sexual desde los 30 años, fue analizado y declarado por
científicos de la Universidad de Winsonsin como el “hombre más feliz del
mundo”, ya que su cerebro presenta una gran actividad asociada al bienestar y
las emociones positivas.
Lleva más de
40 años dedicado a la práctica contemplativa budista, viviendo en la India,
Bután, Nepal, Tíbet, pero también recorriendo el mundo para promover proyectos
humanitarios, el bienestar y la felicidad. Además, desde 1989 es asesor del
Dalai Lama y traductor de las enseñanzas budistas.
En América
Hace algunos
días Matthieu Ricard visitó por primera vez el continente y pudo contemplar la
majestuosidad de la Cordillera de Los Andes, que tanto le habían hablado.
Lo particular
que tiene este hombre es que, al ser un científico y monje, es capaz de
encantar y convencer hasta el más racional e incrédulo sobre los beneficios que
tienen las prácticas espirituales.
¿Por qué? Pues
es la prueba viva de que la meditación funciona para alcanzar estados de
bienestar y felicidad constante, sonante y real. Su secreto está en tener un
entrenamiento mental a través de la meditación, la que con paciencia, logrará
de a poco, reducir y hasta suprimir los pensamientos y emociones negativas o
más bien, verlos desde una perspectiva diferente en la que dejan de ser
dañinos.
En ese
sentido, menciona lo importante que es el nivel de conciencia que se tiene para
lograr su manejo mental.
“Las emociones
duran segundos, pero tenemos la tendencia a rumiarlas y su repetición crean
estados de ánimo que después por acumulación llegan a convertirse en rasgos
personales”, explicó.
Por eso
propone cambiar la emoción o pensamiento negativo por uno positivo, para
neutralizarlos, ya que ambos a la vez son incompatibles y agrega, que la
neurociencia y la neuroplasticidad han comprobado el impacto que tiene este
entrenamiento mental en las personas, donde la vida de los monjes, en especial
la del Dalai Lama, es un claro ejemplo de los beneficios. Y no se trata de no
enojarse ni ser pasivo frente a las injusticias sino de estar en un estado de
bienestar y felicidad consciente sin ser dañino, malévolo.
La idea es no
identificarse con la emoción y entender que uno no es la angustia ni la
ansiedad.
“Mira siempre
lo que te sucede con el ojo de la conciencia y te darás cuenta de la emoción
que está ahí y luego, ésta empezará a perder fuerza y de manera natural se va a
desvanecer. Si lo haces una vez, dos, tres y cuatro veces la tendencia de esa
emoción destructiva irá bajando su intensidad hasta desaparecer”, acotó.
Es decir, se
trata de cultivar las cualidades más valiosas y las otras, disminuirlas. Para
eso, dijo, se requerirá esfuerzo, reposo completo y mucha práctica.
Es que para
Ricard, la felicidad es un “tesoro escondido en lo más profundo de cada
persona”, que para alcanzarla, se necesita entrar en contacto con el mundo
interior a través de la meditación y luego en el cotidiano aplicar control y
fuerza de voluntad, porque la felicidad no tiene que ver con bienes materiales,
poder o belleza.
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