domingo, 6 de abril de 2014

CONFIANZA - MABEL KATZ

Decimos que confiamos pero no lo hacemos realmente.
Decimos que le entregamos nuestros problemas a Dios (Amor)
pero seguimos aferrados a ellos. Cuando no dejamos de pensar en un tema, nos angustiamos
y preocupamos, le indicamos a Dios (Amor) que queremos solucionarlo todo solos porque no confiamos en Él .
De ese modo, no recibimos respuesta a nuestras plegarias porque tenemos “expectativas”. Explicitamos lo que deseamos, y cómo, de qué color y a qué hora lo queremos. Sin embargo, Dios sabe antes que le pidamos. Él está tan cerca que no
necesitamos gritar. Basta con pensarlo.

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